Kyiv
1 - 6 Febrero 2022
Apenas dos semanas antes de que estallase la guerra entre Ucrania y Rusia, estuve visitando Kyiv y la zona de exclusión de Chernobyl. Fue allí donde comencé este cuaderno de viaje en el que mezclo fotos analógicas de la Polaroid SX-70 con dibujos, fotografías intervenidas, textos en los que narro el día a día del trayecto y algún cianotipo. La encuadernación con anillas y la paleta de colores en tonos grises y azules pretende darle un toque industrial, frío y caótico, como las casas derruidas y el contexto estéril y aséptico que me rodeaban en aquel momento.
Como detalle curioso: las partículas radioactivas que invaden la zona de exclusión de Chernobyl afectaron el revelado de la película fotográfica y crearon muescas, puntos y lineas extrañas en las instantáneas, que quedaron veladas en algunas zonas. Así, se establece un diálogo inesperado entre el lugar visitado y el cuaderno, que cobra autonomía.
Siguiendo esta misma idea de la obra como pieza que cobra vida propia más allá de los deseos y la intencionalidad del artista, decidí llevar a cabo una encuadernación manual en la que el papel con puntos negros y blancos utilizado en la cubierta y las guardas cobra especial relevancia. No se trata de una elección dejada al azar: las muescas del papel recuerdan a las manchas de las partículas que cubren las fotografías, en una repetición constante de la figura circular, lo caótico y lo imprevisible.
Para reforzar aún más el concepto de lo inesperado y haciendo otra referencia más a la radiación que encontramos en Chernobyl, la portada está realizada con tintas fosforescentes de color verde que solo son visibles cuando el cuaderno se encuentra en completa oscuridad. En ella podemos leer “Kyiv” en cirílico, escrito con una tipografia gruesa y muy contundente.
1 - 6 Febrero 2022
Apenas dos semanas antes de que estallase la guerra entre Ucrania y Rusia, estuve visitando Kyiv y la zona de exclusión de Chernobyl. Fue allí donde comencé este cuaderno de viaje en el que mezclo fotos analógicas de la Polaroid SX-70 con dibujos, fotografías intervenidas, textos en los que narro el día a día del trayecto y algún cianotipo. La encuadernación con anillas y la paleta de colores en tonos grises y azules pretende darle un toque industrial, frío y caótico, como las casas derruidas y el contexto estéril y aséptico que me rodeaban en aquel momento.
Como detalle curioso: las partículas radioactivas que invaden la zona de exclusión de Chernobyl afectaron el revelado de la película fotográfica y crearon muescas, puntos y lineas extrañas en las instantáneas, que quedaron veladas en algunas zonas. Así, se establece un diálogo inesperado entre el lugar visitado y el cuaderno, que cobra autonomía.
Siguiendo esta misma idea de la obra como pieza que cobra vida propia más allá de los deseos y la intencionalidad del artista, decidí llevar a cabo una encuadernación manual en la que el papel con puntos negros y blancos utilizado en la cubierta y las guardas cobra especial relevancia. No se trata de una elección dejada al azar: las muescas del papel recuerdan a las manchas de las partículas que cubren las fotografías, en una repetición constante de la figura circular, lo caótico y lo imprevisible.
Para reforzar aún más el concepto de lo inesperado y haciendo otra referencia más a la radiación que encontramos en Chernobyl, la portada está realizada con tintas fosforescentes de color verde que solo son visibles cuando el cuaderno se encuentra en completa oscuridad. En ella podemos leer “Kyiv” en cirílico, escrito con una tipografia gruesa y muy contundente.